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Unidos y movilizados: el peronismo se declara en estado de alerta para defender a Cristina Fernández de Kirchner

Unidos y movilizados: el peronismo se declara en estado de alerta para defender a Cristina Fernández de Kirchner

El pedido de prisión contra la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, logró unificar al oficialismo y revivir la mística que durante décadas ha caracterizado al Partido Justicialista (PJ) que en 1946 fundó quien fuera tres veces presidente, Juan Domingo Perón.

Desde que el pasado martes los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola solicitaron una pena de 12 años de cárcel, inhabilitación para ocupar cargos y decomiso de bienes de la expresidenta, comenzaron las acciones partidarias que, incluso, han trascendido fronteras, ya que se han pronunciado a su favor los presidentes de Bolivia, Colombia, Honduras y México.

El Gobierno en pleno, desde el presidente Alberto Fernández hasta los ministros y funcionarios de todos los rangos, más gobernadores, intendentes, senadores y diputados, apoyaron sin fisuras a Fernández de Kirchner.

Este nivel de unidad sorprendió a algunos sectores porque hacía meses que el presidente y la vicepresidenta mantenían un fuerte enfrentamiento, ya que discrepaban en las políticas económicas y sociales y en los cambios de gabinete que debían llevarse a cabo.

Incluso hubo rumores de ruptura y renunciamientos en la coalición peronista gobernante.

Sin embargo, los avances del juicio en el que Fernández de Kirchner es acusada de haber encabezado una asociación ilícita junto a su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, bastaron para exacerbar la polarización política, abroquelar al oficialismo.

También cubrieron al país de un clima de campaña, ya que el caso impacta de lleno en el panorama rumbo a las elecciones presidenciales del próximo año.

«Este no es un juicio a Cristina Fernández de Kirchner, es un juicio al peronismo«, denunció la vicepresidenta el martes pasado, al responder a la acusación de los fiscales.

Los peronistas la escucharon. Y, al grito de «¡Todos con Cristina!», se declararon en estado de alerta, unidos y movilizados.

Manifiesto

El Consejo Nacional del Partido Justicialista expresó su solidaridad con Fernández de Kirchner y repudió lo que califica como una «persecución política» manejada desde el Poder Judicial.

«El mecanismo de lawfare utilizado contra la vicepresidenta, al igual que sucediera con otros líderes populares latinoamericanos como Lula da Silva en Brasil, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia, entre otros, entraña la utilización del aparato judicial con apariencia de legalidad para deslegitimar los procesos políticos de dignificación, soberanía y defensa de los pueblos de la Patria Grande», afirmó en un comunicado.

Consideró, además, que el Estado de Derecho se encuentra «peligrosamente jaqueado» por la «acción sistemática y desembozada» de los poderes que arman causas judiciales para perseguir a los líderes de las causas populares y proteger a los que «saquean» al país.

«Sectores del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal han decidido ser personeros de los perpetradores de la ignominia, erigiéndose en protagonistas siniestros del circo mediático y judicial que solo logra evidenciar el miedo que le tienen a una mujer sin miedos«, añadió al recordar que el peronismo ha sufrido persecuciones a lo largo de su historia.

«Convocamos a todos los compañeros y compañeras peronistas a lo largo y ancho de nuestro suelo patrio, en todas las unidades básicas y sedes partidarias, a mantenerse unidos, organizados y movilizados, en alerta permanente, para defender la vigencia de una verdadera democracia y los derechos conquistados», señaló en un escrito en el que definió a Fernández de Kirchner como «la más importante líder del pueblo argentino».

La semana próxima habrá una nueva sesión plenaria del PJ nacional para evaluar las acciones a seguir, ya que el 5 de septiembre se reanudarán las audiencias del juicio contra la vicepresidenta.

Fervor

De manera paralela a los encuentros partidarios, la militancia está realizando a diario manifestaciones nocturnas y masivas afuera de la casa de la vicepresidenta, quien vive en Recoleta, un lujoso barrio de Buenos Aires que es tradicionalmente antiperonista.

Cada vez que la vicepresidenta llega en su vehículo, es ovacionada, le cantan la marcha peronista o estrofas escritas en su honor. Las manos se extienden para tocarla. Algunos lloran por la emoción de verla. Le declaran su amor y voto incondicional.

Ella les responde con besos, sonrisas, abrazos, fotos. Una de estas noches, incluso aceptó la gorra que le dio uno de sus seguidores y que tenía impresa la leyenda «Cristina 2023».

Es la advertencia de que, a pesar de que la condenen, no podrán proscribirla y se postulará el próximo año a algún cargo. Parte de la militancia quiere que sea candidata a la presidencia por tercera ocasión.

Los actos están plagados de la liturgia peronista, como los puestos callejeros de «choripanes», uno de los antojos argentinos que suelen acompañar las manifestaciones populares y que es despreciado por parte de las personas de clase alta que habitan Recoleta.

El activismo se refleja, también, en las asambleas citadas en plazas públicas de varias ciudades para el próximo fin de semana, mientras las organizaciones y seguidores peronistas están a la espera de que la dirigencia convoque a una marcha multitudinaria en Buenos Aires para defender a Fernández de Kirchner.

La intención es mostrar el poder de convocatoria del peronismo y la fortaleza de un partido que es, a su vez, un movimiento político y social que resistirá en las calles para amparar a su máxima dirigente.