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Messi campeón del Mundo: una historia de amor que termina con final feliz

Lionel Messi vivió en la Selección Argentina derrotas, victorias, reproches y amor absoluto, pero la historia termina con inmejorable final: la Copa del Mundo.

Abrí los ojos, Lionel. No, no estás soñando. Se te dio. Tanto la anhelaste, tanto peleaste por ella, tanto sufriste y tanto dejaste. Al final, las cosas se pusieron en su lugar. El fútbol te lo debía. A sus 35 años, Messi consiguió lo único que le faltaba para terminar de decorar una brillante carrera: ser campeón del Mundo.

Pero el camino fue duro, durísimo. Porque no todo fue color de rosas, de hecho, hace no muchos, el astro renunció a la Selección. Menos mal que volviste, hermano. Y quizás lo hiciste por vos, pero nos terminaste haciendo felices para toda la vida. Esa historia que comenzó en 2005 ya se puede cerrar. Ojalá que siga escribiendo capítulos, sí. Pero si este fuera el final, no habría mejor desenlace posible. Messi: 17 años de amores y desamores, de sonrisas y lamentos, de goles y yerros. Un repaso por su carrera con la Albiceleste.

El 29 de junio de 2004, un todavía adolescente Lionel Messi -había cumplido 17 años solo seis días atrás y comenzaba a hacer sus primeras armas en Barcelona- se puso por primera vez la camiseta de la Selección Argentina. Ante los rumores de un joven argentino que la rompía en España, y tras ver un video con jugadas recopiladas, Julio Grondona, por esos tiempos presidente de AFA, organizó un amistoso frente a Paraguay con el único fin de asegurarse a ese potencial crack.

Hace pocos años la regla cambió, pero en ese entonces, si un jugador jugaba con una Selección, por más que sea en Juveniles, no podía representar a otra. Así, Leo ingresó a los 22 minutos del segundo tiempo, con la 17 en la espalda, para firmar con sudor un contrato eterno con Argentina. Quince minutos después, encaró, dejó a dos defensores y al arquero en el camino, y convirtió su primer gol, con el que decretó el 8-0 final. Sí, una genialidad para mostrarse. ¿Dónde? En cancha de Argentinos Juniors, donde inició su camino Diego Armando Maradona. No, no podía ser coincidencia.

Ya al año siguiente, fue campeón, goleador y figura del Mundial Sub 20 de Holanda 2005. Y un mes después se estrenó en la Mayor. Pero sin una sonrisa. Entró a los 18 del segundo tiempo en un amistoso frente a Hungría, e instantáneamente fue expulsado por manotearse con Vilmos Vanczak. En marzo de 2006, una ‘Pulga’ ya más consolidada en el primer equipo del Barcelona, convirtió su primer gol en un amistoso frente a Croacia. Luego, sería citado por José Pekerman para el Mundial 2006, donde también marcó, en el triunfo ante Serbia y Montenegro.

A partir de allí, su carrera fue en exponencial ascenso, y no solo en la Selección. Ya para el Mundial 2010, tras haber ganado el Oro en Pekín 2008 con la selección olímpica, era el mejor jugador del mundo y la ilusión de Argentina para el certamen de Sudáfrica. Si bien su rendimiento fue bueno, no pudo hacer goles, y terminó con la derrota en cuartos, 0-4 contra Alemania. Al año siguiente, la Copa América disputada en Argentina también le daría un golpe: eliminado en cuartos, a manos de Uruguay.

Arreciaron las críticas y reclamos: «Por qué en la Selección no juega como en el Barsa», murmuraban los futboleros. Y esos comentarios se volvieron cada más recurrentes y masivos, hasta que con la asunción de Alejandro Sabella como técnico, Argentina desfiló en las Eliminatorias de Brasil 2014 con un Messi estelar, y para el Mundial los detractores eran casos aislados.

Una fase de grupos para enmarcar, determinante en octavos, discreta actuación en cuartos y semis, y otro buen partido en la final contra Alemania, nuevamente verdugo. Por tercer Mundial seguido, los teutones amargaban a todo un país encabezado por un crack zurdo.

En 2015, ya sin Sabella y con Gerardo Martino, comenzaría la debacle institucional del fútbol argentino. Igual, la Selección lo camufló llegando a las finales de las Copa América 2015 y 2016. Pero dos derrotas por penales con Chile opacaron los excelentes torneos y las críticas al 10, que no pudo lucirse en ninguna de las dos -en una de hecho erró un penal durante la definición-. Es así como Messi decidió renunciar y no jugar más en Argentina. «No es para mí», argumentó.

Ese fue el primer click. Porque el amor popular prevaleció sobre quiénes no lo querían, y Lionel decidió volver luego de un par de partidos. Y tras unas Eliminatorias muy turbulentas, Messi se cargó la clasificación a Rusia 2018 en el hombro, con tres goles de visitante a Ecuador en un partido que Argentina debía ganar y en el que desde el minuto de juego ya lo perdía.

Pero el Mundial fue para el olvido: empate con Islandia con un penal errado del 10, goleada en contra de Croacia en uno de sus peores partidos con la Albiceleste, nuevamente héroe contra Nigeria, y otra vez sin trascendencia en octavos con Francia. Nadie lo iba a firmar en ese momento, pero de esa amargura brotaría el maravilloso porvenir.

Afuera Sampaoli, adentro, como interino, un inexperto Lionel Scaloni. Luego de ausentarse un par de partidos, Messi debió insertarse a un grupo lleno de caras nuevas, con pibes que lo idolatraban de chico, y terminar de forjar el liderazgo que se le reclamaba. La Copa América 2019 fue el empujón que nos trajo hasta acá. Un Messi distinto: líder dentro y fuera, peleador, y como frutilla del postre, yendo en contra de la Conmebol. En fin, Maradoneano, como tantos años se lo habían reclamado.

Dos años después la Selección Argentina rompió el maleficio de 28 años y se consagró campeón en el Maracaná, frente a Brasil. Y todas las luces se fueron él, que después de tanto intentarlo, conseguía un título con la selección mayor, con la que le hacía sentir lo que ningún club le generaría jamás. En su llanto, el de todos los argentinos. Después vino la Finalissima, rompió todos los récords habidos y por haber, y llegó a Qatar sabiendo que se jugaba la última bola.

¿Lo pedían? Acá lo tienen. El mejor Leo de todos los tiempos. Rápido, ágil y decisivo en el campo de juego; líder y guía afuera. Dio la vida por un grupo de futbolistas que estaba dispuesto a darle las suyas. Hubo que sufrir, hubo que pelear, hubo que disfrutar. Los estadios colmados, las calles argentinas de fiesta. Y él, feliz como nunca. El resultado es un detalle. Y la Copa vale mucho más que ser la tercera estrella -como si fuera poca cosa-. Lionel Andrés Messi Cuccittini, sos Campeón del Mundo.

ESTADÍSTICAS EN LA SELECCIÓN ARGENTINA

  • 173 partidos jugados: 106 triunfos, 40 empates y 27 derrotas.
  • 100 goles y 54 asistencias.
  • Cinco títulos: Mundial Sub 20 2005, Juegos Olímpicos 2008, Copa América 2021, Finalissima 2022, Mundial de Qatar 2022.
  • Jugador con más partidos
  • Máximo goleador histórico
  • Más goles en Mundiales
  • Jugador con más partidos en la historia de los Mundiales