Cabecera-Radio-Genesis

Sprint final por la deuda: Alberto Fernández tendrá la última palabra 

En los próximos días el Presidente definirá la nueva oferta a los acreedores. Un arreglo en torno a los 48/49 dólares por cada 100, sería la llave para destrabar el acuerdo.

Tras conocerse días atrás las contrapropuestas de los bonistas, con precios del orden de los 58/60 dólares, el presidente instruyó al ministro de Economía, Martín Guzmán, para que “mejore” la propuesta argentina, señalan en medios oficiales.

Como resultado de estos retoques, ha circulado la versión que el Palacio de Hacienda estaría dispuesto a estirar la oferta argentina hasta un valor del orden de los 45 dólares, aun reconociendo que el “criterio de sustentabilidad de la deuda” tenía mejor fundamento en la propuesta inicial del orden de los 40 dólares.

En paralelo, noticias provenientes de Wall Street dan cuenta que también se están registrando gestos de buena voluntad por parte de los acreedores. En concreto, puntualizan que los principales fondos de inversión que son acreedores del país podrían reducir sus aspiraciones hasta un valor de 53 dólares, es decir unos 5 a 7 dólares por debajo de los reclamos anteriores (y a considerable distancia de los 80 dólares que solicitaba la primera oferta que recibió el Ministerio de Economía).

De esta forma, en la actualidad la diferencia se reduciría a unos 8 dólares, importante pero no insalvable, según la percepción de allegados a la negociación.

Los tiempos son acotados, según la última decisión del gobierno, el próximo 2 de junio debería terminarse de resolver la renegociación de los 65.000 millones de dólares de la deuda externa.

“El presidente Fernández será el que termine interviniendo para logar un acuerdo”, según la interpretación de fuentes oficiales. La zona de los 48 dólares podría ser aceptable para la administración argentina, según adelantaron a Ámbito medios cercanos al gobierno. Del lado de los bonistas, en tanto, se sostiene que difícilmente puedan bajar de su última oferta de 53 dólares, porque debajo de este nivel consideran que “no se va a lograr sumar las adhesiones que son necesarias para un canje exitoso”. De todas formas, debe contemplar también que los tenedores de la deuda argentina son fondos de inversión (no “buitres”) cuyo negocio es obtener rentabilidad y no ganar juicios.

De los planteos anteriores resulta que, en un cálculo más fino, serían sólo 5 dólares los que separarían un posible acuerdo entre el gobierno y los acreedores. Y la decisión política tanto de la Argentina como de los directivos de los fondos, sería la que provoque el resultado.

Por Liliana Franco- Noticias Argentinas