Natasha disparó en su cuenta de Twitter «cuándo van a recomenzar su trabajo los empleados públicos», y arremetió: «yo en su lugar me preocuparía porque el Estado funciona igual sin ellos». La repercusión fue inmediata y tras sus palabras le llovieron las críticas, lo que hizo que un rato después borrara su insultante mensaje.

Lo curioso del caso es que Niebieskikwiat no solo es empleada pública del Estado porteño sino que además lo hace bajo la privilegiada modalidad de apenas trabajar unos pocos minutos por semana en la mencionada radio, mientras que el resto de sus compañeros tiene que hacerlo durante no menos de seis horas al día.

La irregular situación de la periodista, tal como remarcaron sus propios compañeros de emisora en las redes sociales, deriva de un hecho sucedido en el año 2007, cuando la entonces interventora de la radio, Virginia Ungarointentó despedirla por las continuas ausencias y su casi nula participación. Sin embargo, cuando trascendió la decisión de la emisora un teléfono sonó en la dirección. El mensaje fue claro: «Niebieskikwiat tiene que seguir». La frase imperativa fue disparada nada menos que desde el Grupo Clarín.

Hoy, 13 años después de aquel llamado, la periodista continúa cobrando mes a mes un sueldo igual o superior al de sus compañeros y a cambio ofrece una columna intermitente y breve (apenas un par de días a la semana) que graba desde su casa.

Horas después de su desagradable tuit la periodista ensayó un pedido de disculpas que al fin de cuentas solo reforzó su posición inicial y, de forma explícita, evitó comentar que también es parte de ese sector público al que desprecia.

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