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Unovision (1993-2005) La leyenda nunca muere

Al escribir esta crónica no dejo de pensar que son contados con los dedos de una mano los canales que quedaron en el recuerdo popular, pero Unovisión fue algo mas: el refugio de los que queríamos escapar de las películas convencionales que abundaban en los canales de cine tanto locales como extranjeros (claro que en esa época los abusos con los films de Hollywood no llegaban a los límites de hoy). El canal supo captar el interés de aquellos que buscábamos títulos sorprendentes de todos los géneros.
Muchos dirán que era bizarro y extravagante pero son los que no lo entendieron en su momento como sí los que aun sostenemos su bandera de haber apoyado al cine clase B; En los 90 era ir contra la corriente; hoy en día mal o bien se ha vuelto un poco más masivo y en buena hora se hizo, pero no hay que dejar de pensar que Unovisión era el adelantado a su época y que (en mi caso) el amor por el cine de bajo presupuesto se lo debo a este canal.

Historia

A fines de los 80 el arquitecto Gustavo Schcolnik decide dejar de lado su profesión para dedicarse a la compra de derechos de varios juguetes importados para fabricarlos dentro del mercado local, la idea era traer al país productos novedosos apuntado a un público joven; entre sus primeros lanzamientos estuvieron la pelotita hecha de pelos de goma y el clásico resorte que se pasaba de mano en mano. El negocio tuvo mucho éxito de ventas y la idea de Schcolnik era el de como hacer para elaborar una serie de estrategias de comercialización mucho más rápida y efectiva ya que el habitual comercial al que estaba acostumbrado el mercado juguetero no era suficiente marketing,<br>
Su investigación lo llevó a pensar en que la solución era una fuerte inversión en publicidad pero luego pergeñó que una señal propia para cable iba a ser redituable para promocionarlos a menor costo, asi que buscó a Daniel Llanos: un hombre que fue el responsable de preparar el lanzamiento de la señal Space en su Mar del Plata natal; Llanos y Schcolnik buscaron a su tercer socio Eduardo Mosenson para fundar en 1992 la empresa Telesistemas S.A. donde éste último se encargaba manejando el área administrativa. En ese entonces 1.200 estaciones de cable existían en el país y otra investigación de marketing les reveló que los argentinos consumían fuertemente películas pero no había espacio satelital para mandar los contenidos; entonces se dispusieron a armar 300 copias de la misma película en cassettes U-Matic y enviárselas a los canales de cable que contrataban el servicio para que emitan en una semana de programación cinco películas diarias, a condición de que la programaran para un día y una hora determinados.


Durante el transcurso del 92 y con 500 cables como clientes se vieron desbordados por la situación y resolvieron que la solución era subir el material vía satélite. Abandonaron los juguetes y el bazar que comercializaban y establecieron un acuerdo de negocios en 1993 con Paracomsat que contaba con el satélite Nahuel C 1; los tres socios alquilaron el trasponder a U$S 250.000 y así pudieron llegar a todo el país. Con el nuevo chiche en sus manos subieron sus 2 nuevas creaciones: 365, el canal de cine y Pantalla Uno que transmitía programas de variedades, series y dibujos animados; Pronto compraron los derechos de películas a sellos independientes (que ellos luego copiaban) para llenar de contenidos a los canales. Para 1994 se asentaron en un edificio en la calle Arcos 2764, barrio de nuñez de la Capital Federal, que contaba con estudios de grabación (donde se filmaban los ciclos de 365 y el programa infantil Pibelandia) y salas de edición, trabajando cerca de 60 personas y para ese entonces ya su facturación mensual había trepado a los U$S 500.000 mensuales[imageredimen]http://1.bp.blogspot.com/-JEJshfldyJ8/T … s400/1.bmp[/imageredimen]
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