De esta forma –y sin contar con los eventuales gastos de alquiler de vivienda- una familia tipo necesitó $22.857,76 para no ser indigente, $44.817,87 para no ser pobre, $69.626 para ser considerada de clase media y $222.803,20 para revistar en la categoría de “sectores acomodados” o clase alta.

Aumentos desiguales

En julio, con una inflación nacional de 1,9% y en la ciudad de 1,6%, los gastos necesarios para cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que marcan el límite de la indigencia aumentaron 1,93%, en tanto los de la Canasta Básica Total (CBT) que indica el tope de la pobreza subieron 1,83% y los de la Canasta Total (CT) para la clase media y otros estratos superiores crecieron 1,20%.

La brecha entre el 1,93% de aumento de los gastos de indigencia y el 1,20% de los de clase media obedece a la diferente composición de las canastas, ya que entre los primeros solamente hay alimentos básicos, en tanto en los otros hay rubros cuyo consumo fue favorecido por el congelamiento de precios, como los servicios públicos de electricidad, gas y agua.

Esa diferencia se amplía si se toman en consideración los últimos doce meses: 47,20% para la indigencia, 41,75% para la pobreza y 40,17% para la clase media y alta.

A diferencia del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) que sólo reconoce en su medición a la pobreza y la indigencia, en la Ciudad de Buenos Aires se miden seis estratos sociales:

1.- Indigentes: en el caso de una familia de cuatro integrantes que no tiene que pagar alquiler de la vivienda que habita, cuenta con ingresos mensuales de hasta $22.857,75.

2.- Pobres: de $22.857,76 hasta $44.817,86.

3.- No pobres vulnerables: de $44.817,87 hasta $55.700,79.

4.- Sector medio frágil: de $55.700,80 hasta $69.625,99.

5.- Clase media: de $69.626,00 hasta $222.803,19.

6.- Sectores acomodados: $222.803,20 o más