Bajas temperaturas: recuerdan las medidas para prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono
El monóxido de carbono es un gas venenoso, sin color ni olor, que tampoco produce irritación y es menos denso que el aire. La intoxicación se produce al inhalarlo, y puede resultar difícil de diagnosticar debido a que provoca síntomas y signos que se pueden confundir con otras enfermedades.
Cuando en una habitación hay poco oxígeno disponible y aumentan la cantidad y proporción del gas en el ambiente, se pueden alcanzar niveles perjudiciales para la salud (dado que pueden dejar secuelas neurológicas e incluso provocar la muerte), por eso es fundamental la ventilación permanente.
Además, es importante recordar que los más susceptibles son los niños, embarazadas, ancianos, personas con enfermedades cardíacas, respiratorias o anemia y las mascotas.
Finalmente, cabe recordar que en nuestro país cada año se registran más de 2.000 consultas por exposición a monóxido de carbono y más de 200 muertes, todas ellas prevenibles. Teniendo presente que durante 2020 se registraron 16 casos en nuestra provincia; y que en lo que va de 2021 ya se han notificado dos casos, desde el Ministerio de Salud se puso el acento en las acciones preventivas.
Prevención:
Entre las principales medidas preventivas están el recordar (y cumplir) que todos los artefactos domésticos que funcionen con combustible o gas (como estufas, calefones y calderas) sean instalados y revisados periódicamente por personal matriculado; y asegurarse de que estén libres las salidas al exterior. En el mismo sentido, se deben limpiar anualmente las chimeneas del hogar y sus tirajes.
Asimismo, cuando la calefacción esté encendida, hay que verificar que no esté impedido el ingreso de aire a la habitación; y en los casos en los que se utilicen braseros o estufas a kerosén, se debe tener la precaución de encenderlos y apagarlos en el exterior, como también de retirarlos del ambiente antes de acostarse. No se debe usar el horno o las hornallas de la cocina para calefaccionar el hogar.
Permitir que circule el aire, dejando siempre algún espacio o abertura abierto. Además se debe controlar que en todos los casos la llama sea azul; en caso de presentar otro color se debe apagar el artefacto y llamar al servicio técnico para que lo revise. Tampoco se deben instalar calefones a gas dentro de los baños (y si ya se encuentran en esa ubicación, habrá que llamar a un gasista matriculado para reubicarlos).
Los vehículos también son una importante fuente de emisión de gases, por eso se deben inspeccionar regularmente los caños de escape de los autos para detectar defectos; no se deben mantener encendidos los motores de los vehículos en sótanos o garajes cerrados; y tampoco hay que dejar a los niños o las mascotas dentro del auto cerrado con el motor encendido dentro del garaje.
Signos de alerta:
Se debe sospechar de una intoxicación con monóxido de carbono cuando una o varias personas que están en un ambiente cerrado presentan al mismo tiempo: dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, palpitaciones y depresión del sensorio.
Frente a esta situación, si se piensa que se está sufriendo una intoxicación por monóxido de carbono, la persona debe abandonar inmediatamente el espacio y tomar aire fresco en el exterior. La atención médica debe ser inmediata.
Se debe abandonar el domicilio, abriendo puertas y ventanas para ventilar y despejar los espacios, apagar los artefactos de gas y llamar al servicio de emergencia. Antes de regresar al domicilio, asegurarse de que un gasista matriculado realice la verificación de las instalaciones para identificar y corregir los desperfectos que originaron la intoxicación.
Ventilación: su importancia en la reducción del riesgo de transmisión de virus
Además, en este contexto de Pandemia por Coronavirus, es importante señalar que los ambientes interiores mal ventilados son los más riesgosos para la transmisión de SARS-CoV-2 mediante aerosoles, donde los mismos se acumulan y de este modo aumentan las probabilidades de que se inhale aire con presencia de virus.
Por eso, la forma más sencilla y efectiva de reducir el riesgo de la acumulación de aerosoles en interiores es ventilando, lo que implica renovar el aire (es decir, reemplazar el aire interior por aire exterior), idealmente con ventilación cruzada (abriendo ventanas y puertas en lados opuestos).